Boletín GestionaRH N°03

La nueva convivencia de los recursos humanos

Durante los últimos meses venimos experimentado una de las mayores crisis a nivel mundial, la cual ha repercutido en todos los ámbitos de nuestra vida y ha puesto a prueba nuestra capacidad de adaptabilidad y reinvención como respuesta inmediata para cuidarnos y cuidar la salud de los más vulnerables. Como gestores de Recursos Humanos, esta situación nos desafía desde nuestro rol como agentes del cambio, pues la rapidez con la que las organizaciones deben adaptarse solo es posible a partir de la gestión del aprendizaje y la evolución de los equipos, esto con la finalidad de continuar otorgando bienes y prestando servicios al ciudadano.

En este proceso de aprendizaje y transformación, donde nos encontramos adaptándonos a las reglas de la nueva convivencia social, lo cual significa seguir cumpliendo con el aislamiento social, pero a la vez, continuar con la prestación de los bienes y servicios, priorizando la seguridad y salud de los servidores, es que debemos mantenernos vigilantes de la consigna de colaborar a que nuestra entidad cumpla con sus objetivos.

¿Qué ocurre ahora en el trabajo?

A raíz de estas nuevas reglas de convivencia, la esencia de cómo entendemos el trabajo (¿Qué?, ¿Quién? y ¿Dónde?) está cambiando con rapidez.

El futuro del trabajo[1]

El trabajo: En situaciones de crisis no solo se debe garantizar la continuidad de la prestación de bienes y servicios, sino que éstos incluso deben reinventarse para darse de tal modo que se respete la seguridad y salud de los servidores y de los ciudadanos. Esto nos impulsa a realizar un análisis mucho más profundo sobre nuestros procesos: ¿Cuáles son las funciones que agregan valor a la organización?, ¿Dónde requiero contar con talento?, ¿Qué funciones son susceptibles de ser automatizadas?, ¿Dónde requiero implementar herramientas de virtualización?, ¿Qué habilidades deben desarrollar las personas en este nuevo contexto? ¿Qué acciones puedo realizar para evitar la aglomeración y de tal modo mitigar el riesgo de propagación del COVID 19?

El lugar de trabajo: El trabajo remoto era un tema que se ha venido investigando e implementando lentamente como una práctica eficiente en la gestión de recursos y, además, enfocada en equilibrar la vida de los servidores; con el COVID 19, su implementación forzada y masiva ha modificado nuestros paradigmas sobre las funciones que creíamos imposibles de ser ejecutadas a distancia y sobre la proximidad física como requisito para su ejecución. Lo cual se convierte en una gama de oportunidades para descubrir que podemos optimizar los tiempos de respuesta, el uso de espacios, la automatización y por consecuencia nuestra calidad de vida.

Visto esto, surge otro importante cuestionamiento ¿Qué habilidades necesitamos desarrollar como servidores públicos en este nuevo entorno para hacer frente a estas oportunidades?

En el proceso de adecuación, optimización del trabajo remoto y, virtualización de las actividades, las entidades públicas requieren contar con servidores públicos que se adapten rápidamente y respondan desde la reinvención de sus propias actividades. La nueva convivencia social es el presente y corresponde construir sobre ella nuevas formas de vincularnos en torno al trabajo. En este escenario, no podemos dejar de mencionar la importancia del liderazgo, de ello dependerá alinear habilidades del equipo en mira a los objetivos organizacionales y mantener su compromiso y motivación; de otro modo, podríamos encontrarnos con equipos que en este proceso muestren la natural resistencia al cambio.

Como gestores de Recursos Humanos, este momento nos da la oportunidad de cambiar y definir nuevas formas de trabajar, apoyando y asesorando a los líderes de nuestras entidades para que ellos puedan finalmente transformar a nuestras entidades en organizaciones adaptables, capaces de sobreponerse a una crisis.

[1] What is the future of work? Rethinking work, workforce, and workplaces; Jeff Schwartz, Steve Hatfield, Robin Jones, And Siri Anderson; Deloitte Insights; 2019