Es necesario que el uso de los recursos públicos se dé de modo rápido y efectivo, lo cual implica la reducción de controles en el gasto, ampliando la discrecionalidad en la gestión. Esto podría generar altos riesgos en el uso indebido de los recursos, incentivando sobornos a cambio del pago de precios inflados, entre otras situaciones indebidas.

Ello en un contexto donde se prioriza la atención de la salud de los ciudadanos e inclusive el brindar una muerte con dignidad, promoviendo la generación de mecanismos de inmediatez en la gestión, lo cual podría generar confusión entre los responsables de realizar compras, abriendo oportunidades a prácticas ilegales.

Por eso, hoy más que nunca la integridad es la apuesta que nos llevará actuar de acuerdo con los principios, normas y valores relevantes. Para los servidores públicos estos están relacionados con el respeto a la dignidad del ser humano, a la búsqueda del bien común, a la transparencia, la integridad, la rendición de cuentas, la participación, entre otros.

De esta manera, en tiempos de crisis apostemos por una cultura de integridad, donde el centro lo constituyen los servidores públicos comprometidos por un país con valores.

En adición, existe poca confianza de los ciudadanos en las entidades públicas de los países de la región. ¿Cuál es la opción para disminuir estos riesgos y la desconfianza?  La respuesta podría estar en brindar acceso a la información, a través de plataformas digitales, esto podría disuadir el uso irresponsable de los recursos en tiempos de crisis.

Lee el artículo completo publicado por el Banco Interamericano para el Desarrollo.

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